Vamos a hacer un sencillo dulce que, además de para comer solo, nos puede servir para rellenar bizcochos o hacer empanadillas o para acompañar platos de carne. Es muy fácil, pero muy rico y sano.
Mi madre aliviaba nuestras dolencias intestinales con compota de manzana cuando eramos pequeñas. Hoy me gustaría que una simple compota arreglara las dolencias de mi hermana, pero hay cosas que tenemos que dejar en mano de las médicas y que ellas nos curen.
Aunque mi compota no la sane, si podrá reconfortarla al disfrutar del buen sabor que deja este sencillo plato.
Ingredientes:
1 kg manzanas
1/4 kg de azúcar
1 vaso de agua
1 vaso de vino blanco
Canela en rama
Limón
Preparación según la receta original:
Se pelan las manzanas, se cortan en trozos pequeños, quitándoles el corazón y se ponen en una cacerola.
Se les añade el vaso de agua, el azúcar, la canela, la cascara del limón y el vino blanco.
Se acerca al fuego y se deja hervir lentamente, destapadas, hasta que estén tiernas.
Se sirve con el jugo.
Aclaraciones a la receta:
La cantidad de azúcar es orientativa, depende de lo dulce que la queráis. El tiempo aproximado de cocción será de media hora. En caso de que se seque añadiremos agua.
Podéis dejar los trozos de manzana mas enteros o aplastarlos un poco con una cuchara, va en el gusto de cada casa, el sabor no varía, pero la textura si.
Se puede tomar caliente o fría, a mi me gusta bien fría, las metéis en la nevera y en un ratito ya podéis disfrutar de una estupenda compota.