Hay olores y sabores que tenemos asociados a ciertos lugares, a personas o a momentos de la vida, así yo tengo asociadas las sopas de ajo a mi abuela paterna, me las preparaba para cenar, las dejaba al borde de la cocina de carbón para que se hicieran despacio y ese olor se quedó en mi memoria, no hay vez que no las haga que no la recuerde.
Hoy os dejo esta receta sencilla, económica, que os quitará el frío y que para mi es especial.
Ingredientes:
Pan duro
Aceite
Ajo
Pimentón
Agua o caldo
Sal
Preparación según la receta original:
Se parte el pan en trozos y se reserva. Se pone aceite a calentar en una tartera y se añade ajo picado, cuando empiece a dorar se añade el pimentón, removiéndolo, a continuación añadiremos el pan y luego el agua o caldo, se deja hervir un poco y salamos. Lo dejamos cocer despacio.
Aclaraciones a la receta:
En cuanto a las cantidades para una barra grande de pan duro unos 2 litros de agua o caldo, unos 6 dientes de ajo y una cucharadina de pimentón.
El pimentón podemos utilizar dulce o picante va en gustos, cuando lo añadáis, mejor separar la cazuela del fuego para que no se queme.
Yo normalmente utilizo caldo de gallina, pero con agua quedan bien también. Para terminar podéis añadir un huevo por cada comensal, sólo tenéis que echarlo a la sopa cuando ya está cocida y remover un poco para que se mezcle y cuaje.
El tiempo de cocción será unos 20 minutos a fuego suave.
Lista una sopa que reanima a cualquiera.
Dibujo de la libreta de mi madre |
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